lunes, 24 de septiembre de 2012

PRODUCTOS ECOLOGICOS, ¿POR QUE SON MÁS CAROS?



Desmontando mitos: Lo natural no tiene por qué ser más saludable. Las patatas y los tomates producen de manera natural una toxina, la solanina. Por eso no es recomendable consumir patatas reverdecidas.  Fuente: USDA - ARS. Keith Weller.








A principios de septiembre, el diario "El País" publicó un reportaje acerca de un estudio científico que, de nuevo, cuestiona la bondad de los alimentos ecológicos. Hay que aclarar que no es un estudio sino un metaestudio, publicación que revisa los estudios científicos más relevantes hasta el momento y saca las conclusiones pertinentes. Por ello puede achacársele que no están todos los que son y que realmente para sacar conclusiones válidas, son necesarios estudios que comparen ambos tipos de alimentos en igualdad de condiciones (tipo de suelo, clima, variedades y razas, manejo agrícola o ganadero, etc.).

De todas maneras, la conclusión de este metaestudio es que en base a la literatura publicada, no hay una evidencia fuerte de que los alimentos orgánicos sean mucho más nutritivos que los convencionales. También llegaron a la conclusión de que el consumo de alimentos orgánicos puede reducir la exposición a residuos de plaguicidas y bacterias resistentes a los antibióticos.

Muchos medios de comunicación generalistas se apuntaron enseguida al eterno debate “producto ecológico sí o no”. El problema es que los titulares se quedaron en que los productos ecológicos no son ni mejores ni más sanos, pero sin olvidar que son más caros. El Comidista en su blog hace un resumen que coincide prácticamente con mi opinión personal del tema, así que yo me dedicaré a intentar explicar por qué suelen ser productos más caros.


¿Por qué son más caros?

El primer problema es que hay tantas maneras distintas de producir alimentos que comparar lo convencional con lo ecológico así “a bulto”, es cuanto menos arriesgado. Puede haber productos no certificados como ecológicos pero tan cuidados en su proceso de producción y elaboración, que tengan una calidad excepcional y otros ecológicos que acaben siendo simplemente “normalillos”. Hay muchos factores productivos que influyen en la calidad de los alimentos que no tienen por qué ser necesariamente exclusivos de la producción ecológica. Simplemente el productor ecológico se compromete a seguir unas normas – en nuestro ámbito establecidas por la Unión Europea - y unos organismos de certificación controlan que así se hace, en cuyo caso permiten al productor poner el logo correspondiente que identifique su producto como ecológico. 


Este logo indica que el producto ha sido producido según el reglamento europeo de producción ecológica.

Ordenadas de una menor a mayor “naturalidad” tenemos la agricultura y ganadería intensiva, la extensiva, la ecológica y la biodinámica. Aquí me centraré en la producción intensiva y la ecológica, ya que los alimentos producidos de estas dos maneras – verduras, leche, huevos…- suelen ser los protagonistas de los debates. La agricultura biodinámica es un paso más en la ecológica, pero no está tan generalizada.

La producción intensiva intenta producir la mayor cantidad de alimento, en el menor tiempo posible y al menor coste, para lo cual tiene que sortear las limitaciones que impone la naturaleza. Esto lo ha conseguido al desarrollar variedades de plantas y razas de animales mucho más productivas que sus antecesores pero que necesitan el constante cuidado del hombre para lograr esa gran producción. Esos cuidados se traducen en la utilización de compuestos de síntesis como abonos químicos, productos fitosanitarios también (mal) llamados pesticidas, antibióticos para el ganado y aditivos en los piensos. Otros factores importantes de la producción intensiva son el esfuerzo por lograr una mayor producción por unidad de superficie y la dedicación a un solo tipo de especie animal o vegetal; lo que genera el una especie de “efecto guardería”: muchos niños/plantas/animales inmunológicamente poco desarrollados en un espacio limitado que son pasto de virus, bacterias y demás agentes patógenos malvados. 

Ni químico es sinónimo de antinatural. El caldo bordelés es una preparación química - Sulfato de Cobre + Hidróxido de Calcio – admitida en agricultura ecológica para luchar contra los hongos, pero con limitaciones ya que puede resultar tóxico. Fuente: R - chemical.

La agricultura ecológica sin embargo, trata de “trabajar con la naturaleza” y por tanto evita utilizar los compuestos antes citados, lo cual supone limitaciones importantes en la productividad. Por ejemplo, nada de monocultivos, hay que ir cambiando la especie cultivada cada año en cada parcela para mantener la fertilidad del suelo y tener a raya las plagas. La prevención es básica y se opta por utilizar variedades resistentes a las plagas y enfermedades propias de la zona, que suelen ser más rústicas y menos productivas. Para luchar contra malas hierbas nada de herbicidas que las matan en un santiamén, solo se pueden eliminar con medios mecánicos, más tedioso y menos efectivo. Para luchar contra las plagas de insectos, prevención y más prevención, la ayuda de los animalillos del campo y alguno de los productos permitidos. El ganado por su parte se criará al aire libre (eso significa tener o mucho terreno o pocos animales) y, a ser posible, será de razas autóctonas acostumbradas a pasar frío y calor y a triscar por los montes para buscarse el alimento. Estos animales suelen ser más resistentes a las enfermedades comunes, pero si caen malitos se llama al veterinario homeopático (en casos graves se puede recurrir a medicamentos convencionales aprobados por el reglamento).


Con la leche de estas cabras se produce un queso ecológico que está rico rico, lo suficiente para ganar el premio "Alimentos de España" al Mejor Queso en 2011:
Fuente: Jesús López





 Como es de esperar, la producción ecológica prohíbe la utilización de Organismos Genéticamente Modificados. Este detalle es destacable, porque es un rasgo característico de este tipo de producción y evita al consumidor OGM-fóbico tener que revisar las etiquetas de los alimentos convencionales en busca de ingredientes procedentes de OGM (aunque realmente, al menos en España hay muy pocos). De todas maneras, el reglamento tolera un porcentaje mínimo del 0.9 % de OGM, porque admite la posibilidad de que un cultivo ecológico acabe contaminado con polen de variedades transgénicas; lo cual está suponiendo un problema importante a los productores ecológicos.




Así, si no queremos forzar a la naturaleza, primero es imprescindible conocerla a fondo y después aceptar que nos dará lo justo y un poco más para alimentarnos. Trabajar con ella supone asumir sus limitaciones y su complejidad, que no se va a conseguir la misma producción todos los años, en cuanto a cantidad y calidad, de la misma manera que hay añadas mejores y peores de vinos. Por ejemplo, una vaca alimentada principalmente a base de pastos dará menos leche y su color y sabor variará según las estaciones. Eso es lo natural, justo lo que bebían nuestros abuelos, pero me juego a que más de le parecería que “sabe raro”.


El valor añadido de un producto ecológico



Entonces tenemos un producto en el supermercado con sus logos de AE, y que cuesta el doble. Ya nos contaron en la última campaña publicitaria, (por cierto esta del Ministerio de Agricultura no dice en ningún momento que sean mejores) que comprándolo contribuimos a conservar el medio ambiente, que los animales vivan a tutiplén, que es un producto auténtico etc.


Pues eso es lo que les hace costar más dinero. Lo de cuidar el medio ambiente y lo del bienestar animal se supone garantizado al llevar el logo de producto ecológico. Lo de no llevar residuos de pesticidas (mecachis, otra vez, fitosanitarios) ni antibióticos ni OGMs, a mi me parece que es su mejor argumento. Aunque ojo, hay que recordar que estamos eligiendo entre un producto que puede llevar  residuos de una lista de productos fitosanitarios autorizados para AE a otro que puede llevar, o no, un rango más amplio de estos productos, eso sí en ambos casos siempre debajo de unos niveles permitidos legalmente.


Respecto a la calidad nutritiva y el sabor ahí ya o te fías de los estudios científicos o directamente lo compras y lo pruebas, que productores ecológicos los habrá mejores y peores, como en todos lados. Yo intuitivamente diría que tiene más nutrientes y más antioxidantes el tomate Mauricio que K-44 pero estoy a la espera de que me lo confirme el método científico.




¿Y qué hacemos?


Desde hace bastante tiempo nos hemos acostumbrado a tener un suministro continuo y abundante de alimentos, con la misma calidad y apariencia año tras año. Eso, que en sí no es malo ni bueno ha sido posible gracias a las prácticas agrícolas y ganaderas convencionales, cada vez más intensificadas. Sin embargo ahora empezamos a echar de menos otros valores – sabor, frescura, nutrición, bienestar animal, etc. –. La buena noticia es que podemos conseguir alimentos que posean o representen esos valores.


Para mí lo ideal es buscar el producto fresco de proximidad y de temporada, y si es ecológico mejor que mejor, aunque todavía resulta difícil conseguirlos (cómo envidio los “farmers market” y la compra directa en granjas de países anglosajones). Paso de los productos ecológicos producidos fuera de España, porque se pierde la frescura, el transportarlo sube la huella de CO2 y por un poquito por chovinismo, ¡qué narices!, que el sector está creciendo en España y hay que ayudarlo. 



¿Sabías que la superficie dedicada a producciones ecológicas ha aumentado en España de 13 a 15.600 hectáreas en 17 años?

He aquí un tomate de una variedad local madrileña, no ecológico, pero muy rico y a un precio razonable. Una pena que no los haya vuelto a ver. Fuente: Jesús López.



También me gusta comparar productos cuyo supuesto valor añadido se publicita hasta la saciedad – que si natural, receta tradicional, con aceite de oliva (aunque no alcance el 5% de los aceites utilizados), ayuda a tus defensas, etc. – y descubrir que a veces cuestan lo mismo que un producto ecológico. Recuerdo el día que encontré una miel de castaño ecológica solo 50 céntimos más cara que un frasco con mezcla de mieles europeas y chinas, eso sí, con esencia de azahar, estupenda para ayudar a dormirse. Vale que la miel ecológica estaba de oferta porque estaban liquidando una campaña anterior de productos asturianos, pero eso me motivó a seguir buscando y a preguntarme, ¿por cuánto lo compró el súper? ¿cuánto costaba antes? ¿me están timando? ¿quién? Y es que a veces el precio de las cosas a veces no se corresponde con su valor. 



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Oleh

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15 comentarios

Tulis comentarios
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2 de octubre de 2012, 13:50

Un artículo muy completo.
Se ha avanzado, pero se debería reconocer más las ventajas de la agricultura ecológica. Son muchos los esfuerzos de tantos agricultores, técnicos... que apuestan por la obtención de alimentos y materias primas de máxima calidad.
www.visilcomunicacion.blogspot.com

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2 de octubre de 2012, 15:10

Muchas gracias, espero que os haya gustado.

La verdad es que los productores ecológicos lo tienen muy complicado. Por una parte tienen las limitaciones legales derivadas del tipo de producción: búscate abono de granjas ecológicas, pienso ecológicos, veterinarios especializados...que habrá menos donde elegir que en la convencional, e imagino que más caro. Para trabajar con la naturaleza hay que conocerla muy bien, en este tipo de producción yo creo que la prevención de plagas y enfermedades es casi un arte.

Y por si fuera poco, colocar el producto en el mercado. E intentar que lo compre quien desconoce por completo cómo se ha producido ese alimento en concreto y cómo se hace uno convencional que le cuesta X pesetas menos. Creo que al consumidor le falta esa culturilla "agraria" que intento proporcionar a través de mi blog.

Mucha suerte con vuestro blog

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25 de noviembre de 2012, 12:54

Hola Caridad!
Me encanta tu artículo, es una pasada, no te dejas nada en el tintero y se percibe que es un texto mjuy sincero.
Tanto me ha llegado que he decidido abrir una pregunta en mi página de facebook y así sondear realmente por qué la gente consume esto y arrojar un poco de luz a todo este asunto. Espero que te sirva de algo.
Un saludo!

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4 de abril de 2013, 12:58

Muchas veces es mejor pagar un poco más pero saber, realmente, lo que se come. No creéis? http://www.facebook.com/pages/Carn-del-Cad%C3%AD-Moixer%C3%B3/575379002481943

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20 de mayo de 2014, 22:37

yo desde mi experiencian de la agricultura ecologica ya que regento un negocio de alquiler de huertos ecologicos de ocio y autoconsumo si que esiste una gran diferencia en cuanto al sabor y las propiedades de todas las frutas y hortalizas que se consumen realizando este tipo de practicas, lo que creo es que se han creado una serie de interes muy grandes entorno a toda la industria quimica que rodea a la agricultura y no interesa que la gente deje de consumir toda esa gran variedad de productos quimicos, el articulo me parece muy interesante y lo mejor es que por lo menos consigue hacerte reflexionar, enhorabuena y animo a la gente a que se anime a conocer todo lo que se puede hacer de forma natural ayundanos de plantas y otras cosas naturales

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Anónimo
4 de noviembre de 2014, 3:54

Lo que no entiendo es como puede costar mas caro un producto ecológico, cuando al agricultor le pagan dos pesetas por ese producto y este decide venderlo directamente al consumidor, sino hay intermediarios, no hay transporte porque suelen venderlo en la misma finca donde se produce. ¿Alguien me lo explica?

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5 de noviembre de 2014, 15:19

Perdona por la tardanza en contestar, pero tu pregunta merece una respuesta bien explicada.
Como ya sabrás, en el precio de cualquier producto influye: lo que cuesta producirlo y lo que cuesta venderlo.
Partimos de la base de que para producir alimentos ecológicos en principio sería necesario utilizar menor cantidad de insumos digamos "caros", como los abonos sintéticos, las semillas o los productos fitosanitarios.Así que podríamos pensar que ahi el agricultor está ahorrando dinero (lo cual no es del todo cierto). Ahora bien hay que tener en cuenta que, como no utiliza esos insumos la producción ecológica es casi siempre menor que la convencional y además hay otros gastos inevitables como el combustible del tractor, la mano de obra o la aplicación de los productos si permitidos en AE. Al final si cultivar por ejemplo una hectárea de patatas en convencional te cuesta X pero obtienes 3X pues puedes vivir de ello vendiendolas baratas (otra cosa son las barbaridades que hace la distribución convencional comprando demasiado barato y vendiendo caro). En AE, por ejemplo producir una patata autóctona de crecimiento lento y menor producción, te puede costar también X pero solo obtienes 1,5X, el margen de beneficio es menor por lo que el precio de venta ha de ser algo mayor para sobrevivir. En resumen: que producir ecológico normalmente sale más caro al agricultor.

Respecto a conseguir venderlo ahí es donde se encarece mucho. Como su precio es mayor, la demanda es menor, por tanto cuesta más venderlo y los canales de comercialización están menos desarrollados: menos proveedores, menor reparto diario...Asi que no es de extrañar que al intermediario de productos ecológicos (supermercados, herbolarios, etc) les cueste vender y encarezcan también el producto.

La opción de saltarse a los intermediarios sería lo ideal pero me temo que hoy en día a muchos agricultores les resulte dificil. Una de las posibles vías son los mercados de productores o la venta directa en la finca, comun en otros países pero en España están aún en pañales.

La otra, vender por Internet, es una buena salida pero: a) requiere predisposición y personal dedicado a ello y b) los costes de distribución del producto son proporcionalmente muy altos (los inevitables y fastidiosos "gastos de envío").

Creo sinceramente que un agricultor ecológico en España muy dificilmente podría vivir solo de la venta en granja. Si se lo monta bien, alomejor complementando con la venta directa en mercados y en Internet podría irle bien. Pero tampoco creo que sea buena idea rechazar a los intermediarios...por eso de poner los huevos en distintos cestos.

Al margen de los costes de producción y venta, no es de extrañar que según que distribuidores inflen un poquito los precios, sabedores que su clientela de medio-alto poder adquisitivo los va a seguir comprando.

Esta es mi opinión, pero si hay algun productor ecológico entre los lectores que nos cuente la suya...¡¡ por favor !!. Será muy bienvenida.

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13 de abril de 2015, 2:47

tal ves te sirva saludos
http://www.ncl.ac.uk/press.office/press.release/item/new-study-finds-significant-differences-between-organic-and-non-organic-food

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13 de abril de 2015, 13:28

Pues si me sirve, muchas gracias. De hecho me lo apuntaré por si necesito citarlo algún día.

Me parece muy interesante lo que cuenta, y además por lo que conozco creo que tiene bastante sentido.Muchas gracias por participar.

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Anónimo
25 de abril de 2015, 5:16

info muy acertada. Lo comparto en mi pag de fb. enlazo tu link. enhorabuena

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6 de mayo de 2015, 14:06

Hola Anónimo, muchas gracias por la opinión. Me dejas con la curiosidad de conocer tu página de FB.

Un saludo

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5 de diciembre de 2017, 12:34 Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
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11 de julio de 2021, 19:08 Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
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Anónimo
26 de mayo de 2022, 13:29

Cada vez son más las personas interesadas en los productos ecológicos. Incluso la verdura, que la vemos ahí en el super tan colorida... ya sabemos que no son ecológicas. Hay muchos agricultores que están empezando a comprar pistachero, almendros, semillas para vegetales... y empezar a comercializar con productos ecológicos.
Esperemos que algún día bajen de precio.

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