jueves, 1 de marzo de 2012

VISTAS AL CAMPO DESDE PARÍS


Este fin de semana pasado tuve la oportunidad de asistir al "Salón Internacional de la Agricultura", que se celebra en la capital francesa desde el 25 de febrero al 5 de marzo. Se trata de una gran feria, que como ellos dicen, es “una gran ventana abierta a la agricultura en toda su diversidad”. El año pasado tuvo 678.732 visitantes (entre gran público y profesionales), participaron 1142 expositores y 4667 animales. Lo más parecido que conozco en España es la feria BioCultura - con sus 600 expositores y cerca de 80.000 visitantes en la edición de 2011 en Madrid - porque muestra entre otras cosas la producción agrícola y ganadera española, ecológica por supuesto, y porque está destinada a un público urbano deseoso de reencontrarse con “lo rural” o “lo natural” (lo que quiera que signifique eso). Pero ahí se acaban las semejanzas.

Aparte de las dimensiones (ocupa cinco pabellones feriales), este Salón cuenta con el apoyo de todo el sector agrario. El Ministerio de agricultura (en realidad tiene un nombre larguísimo), las asociaciones profesionales y de productores, los centros de enseñanza agraria y las empresas entre otros participantes se afanan en demostrar sus logros e iniciativas en el ámbito de la investigación, la formación agraria y los servicios al agricultor o ganadero.

En un pabellón gigantesco muchos ganaderos traen a “la crème de la crème” de sus establos, para que participen en la Competición General Agrícola. Así, desfilando delante de los ojos de sesudos jueces y del público, muestran el trabajo de selección y mejora genética que han ido realizando sus dueños.  Este concurso data nada menos que de 1870 y fue el origen de la actual feria, que comenzó como exhibición en 1964. El concurso también tiene categorías de productos regionales, lácteos y vinos. Un aspecto interesante es que, además de premiar la calidad de lo hecho en Francia, pretende dar un empujón a los jóvenes talentos en el sector agrario (futuros jueces de concursos morfológicos, alumnos de los Liceos agrícolas y jóvenes enólogos). 

Vista panorámica del pabellón de las razas ganaderas.
Los animales siempre tiran mucho.
Foto de Jesús López.

Esta feria es además un escaparate ideal que aprovechan empresas como McDonalds o Carrefour para recordar a todo el que pase por allí que la carne, las patatas, las lechugas, los quesos, el pan, etc….han sido producido por agricultores o ganaderos franceses, con unos estándares de calidad y sostenibilidad que ya quisieran otras marcas. Me gustó ver como los stands de muchas empresas y asociaciones de productores hacían participar a los visitantes con talleres, animaciones o juegos; y cómo la gente respondía.


También valoran lo nuestro.
El precio NO lleva ninguna coma.
Foto de Jesús López

Comparando lo vivido aquí con mi experiencia en ferias agrarias españolas, me queda la sensación de que en Francia la población dedicada a la agricultura está más organizada, mejor formada y es más consciente de su importancia. Quizás por eso sean más combativos y nos tiren la fruta y la verdura de los camiones de vez en cuando. Tienen, o al menos eso parece, el respaldo de los consumidores franceses, que valoran más la calidad de los alimentos, sobre todo si se han producido en su país.   

¿Seremos nosotros capaces de lograrlo algún dia?. Quizás en estos momentos, en los que muchos comienzan a replantearse nuevos modelos económicos y productivos, sea el momento de cambiar el chip y volver la vista a nuestros campos.

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Oleh

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